Elena Cerezo

Hay personas que ven todo con ojos pesimistas. Y hay personas que ven invariablemente el lado hermoso de la vida. Los unos transmiten rencor, odio, envidia, tristeza. Los otros, en cambio, transmiten esa sana alegría de vivir que nos reconcilia con nosotros mismos, con la belleza natural de las personas y el mundo que nos sirve de escenario. En un viaje tan corto como es el nuestro, aprovechar la vida para llenar nuestro cuerpo y alma de la belleza del mundo debería ser una norma. Por eso, encontrar a personas que son afines a ti, en este sentido, es una oportunidad que uno nunca debe dejar escapar.

Viet Ha es una de esas personas capaz de ver lo bello en cualquier rincón. Sus fotos delicadas, expresivas, hermosas y profundas se asemejan a hermosos cuadros de afamados pintores, aquellos que no sólo saben pintar, sino traslucir el alma que en todo subyace. En todo hay siempre un lenguaje escondido que ella sabe muy bien traducir. Conocerla fue un flechazo, mi parte creativa se unió rápido a sus fuertes lazos de emoción y belleza y cuando descubro la creatividad de Viet Ha, ambas nos reconocemos como tales, como las personas que se conocen por lazos de sangre, y corre entre nosotras una complicidad. Entonces su creatividad y la mía se unen, estimulan y complementan.

Persiguiendo sueños con una escalera por tierra, agua y solo nos falta el aire. Todo para, lograr con sus fotografías una imagen de belleza perdurable. Al mundo hay que contribuir con belleza, lo demás viene por sí solo. Viet Ha respeta muchísimo las ideas y el trabajo de los demás, hace que te encuentres cómoda trabajando con ella, porque la belleza de sus fotos indudablemente radica en la belleza de su espíritu. Quien no ve lo bello, es porque el corazón lo tiene ennegrecido. Las fotos, y el arte en general, son un lenguaje, y como tal, las cosas pueden expresarse de muchas maneras. Uno diría: alguien ha olvidado un arpa en aquella esquina del salón. Esto es una vulgaridad. En cambio, un poeta como Bécquer dijo:

Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
véase el arpa.

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!

¡Ay! pensé; ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro, espera
que le diga: «¡Levántate y anda!».

Esa es Viet Ha, y así me siento yo, y ese el lema que nos une cuando trabajamos juntas.

Elena Cerezo es Directora de Centro de Enseñanza de Peluquería y Belleza Cerezo Hair, España